¿Antes la teórica o comienzo por las prácticas?
En el poco tiempo que llevo en esta página, veo que los mismos interrogantes que se me plantearon a mí, en un principio, se siguen aplicando (por así decirlo) a todos l@s que os integráis a este apasionante mundo de la electrónica, y este interrogante no es más que la dualidad que se nos presenta a todos los que nos incorporamos en cualquiera de las ramas técnicas:
¿Qué es más importante la teórica o la práctica?
Mi experiencia profesional me dice que es muy importante la práctica (por aquello de que “el zorro sabe más por viejo que por zorro”), y en esto quiero recordar a dos de mis grandes profesores (no solo en el campo profesional, sino, humano): Ángel y Abel.
Permitirme que os cuente brevemente la historia, porque, igual, de ella, tod@s aprendemos: cuando me incorporé a mi trabajo en las centrales hidráulicas, estas dos personas apenas si sabían y escribir, acepciones como “ten cuidado con esos fesibles (fusibles) porque Perfirio (Porfirio), el potógrafo (topógrafo), estuvo a punto de liar una que casi vale millones… si no lo hubiesen mandado para el espetal (hospital) que había, allí, en el polígano (polígono),…”, para mí, resultaron muy frecuentes.
Pero el 3ª técnica (capataz), estaba muy liado con su mantenimiento, el 2ª técnica (ingeniero técnico) tenía otras cosas en las que pensar y el 1ª técnica (ingeniero superior) no os cuento los problemas, por conocimiento posterior porque durante años me tocó trabajar directamente con él, a los que se tenía que enfrentar como para estar pendiente de los novatos (y lo pongo en masculino porque todos éramos hombres).
Así que Ángel y Abel se convirtieron, con sus grandes “lagunas”, en nuestros profesores: de teórica no les podías preguntar nada por qué de eso no entendían (siempre me hacían la misma pregunta: ¿qué os podemos enseñar nosotros, cuando vuestra preparación es inmensamente superior a la nuestra?) pero ellos sabían perfectamente como funcionaba una central hidráulica sin tener que entrar en los sortilegios de una explicación teórica; por poner un ejemplo, “Si aprietas este botón, se tiene que mover ese hierro (palanca) que mueve esa botella (servoválvula), …”. En este caso, su práctica se imponía por encima de los principios teóricos que llevábamos otros.
Podría poner muchos ejemplos prácticos más, que he vivido a lo largo de mi vida profesional, pero … La conclusión “el hábito hace al monje” no es aplicable en todos los casos. En el caso de la electrónica, que es lo que nos ocupa en esta página, la experiencia (práctica) es “un grado” pero la pregunta que encabeza ese artículo adquiere su verdadero significado: ¿Antes la teórica o comienzo por las prácticas?.
A tod@s nos ha llamado la atención, nada más comenzar, el intentar demostrar lo que sabemos reparando un equipo sin saber, en la mayor parte de los casos, qué diantre estamos haciendo.
Queremos que nuestros conocimientos prácticos (como era el caso de Ángel y Abel) se impongan a nuestros conocimientos teóricos; pero este pez se va a morder la cola, será difícil de pescar si no tenemos una buena base (llámese caña o red) porque nos llevará a un “bucle” sin salida por nuestra falta de base en la teoría.
Con la “caña”, en este caso, me refiero a los conocimientos teóricos básicos que hay que tener: Ley de ohm, polarización de transistores, etc. Con estos conceptos básicos, el “pescado”, aunque difícil de pescar, no es imposible porque disponemos de un buen anzuelo y cebo. Si no disponemos de estos dos últimos elementos, nuestra presa pasará por delante de nosotros y no seremos capaces de capturarla, a no ser que entre en este momento el término “casualidad”.
Con la “red”, quiero referirme a aquellos que teniendo una buena base teórica intentan profundizar aún más en sus conocimientos (pero, para ello, es necesario antes saber las artes de la caña).
En este punto quiero recordar una anécdota de un curso: un compañero, buen amigo, por cierto, que era alumno de uno de mis cursos de electrónica, me insistía en que debía plantear más formulación en la pizarra, llegado a un extremo en que casi se bloquea el curso por su insistencia, agarré uno de mis cientos de libros (sin exagerar) y, según llegué al aula, me puse a leer: “Los tres vectores, coplanarios dos a dos, que generan o definen una red de Bravais se conocen como vectores primitivos de translación de la red a1, a2 y a3.
Luego un vector que une puntos indistinguibles de la red viene dado por la traslación
R = n1a1 + n2a2 + n3a3 …”
Algun@s os preguntaréis qué narices es esto y qué significa, en primer lugar deciros que este párrafo está tomado del libro “Electrónica física y microelectrónica” de Luis Rosado, Editorial Paraninfo (lectura que recomiendo a l@s que están más que iniciados), en él se hace referencia a los cálculos de una red cristalina (principio en el que, según sabéis, se basa el funcionamiento de los semiconductores).
Pero no hace falta llegar a pescar con red, como pretendía este buen amigo, con una buena caña tendremos una buena base para seguir subsistiendo y llevarnos cada poco el “pescado a la cazuela”. Sin esta caña será imposible pescar y como ya dije, por casualidad, podremos alcanzar un pescado, pero siempre estaremos determinados a ese extremo: “la casualidad”.
Como se dice por estas tierras, y ya concluyo, “no intentemos poner el carro delante los bueyes”, es muy importante (en nuestra rama) la experiencia práctica, pero siempre acompañada de un buen “fundamento” (como se dice en la cocina) teórico. Como “juntos todo es posible” (lema de esta página), ayudémonos a que toda nuestra experiencia práctica se vuelque en unos buenos principios teóricos.
Por: Luis González López – lgonzalez_280@hotmail.com España.